Adherimos al conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas que conforman las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) como parte integral de nuestra estrategia corporativa.
Tener un criterio ambientalmente racional conlleva conocer el múltiple impacto de nuestra actividad para poder gestionarlo cualitativa y cuantitativamente. La forma de materializarlo es a través de un programa de mejora continua sujeto a todas las normativas oficiales y del sector.
En base a esto, nuestro compromiso implica mantener las instalaciones y vehículos, manejar adecuadamente los envases, minimizar y tratar los residuos, capacitar permanentemente al personal, preparar planes de respuesta a emergencias y cualquier otra medida que nos permita cumplir con el almacenamiento y la distribución de la mercadería de la manera más segura y eficiente.
Simultáneamente, resulta necesario comunicar a nuestros clientes las directivas que deben tener en cuenta para la utilización criteriosa de los productos y las técnicas de tratamiento correspondientes. La certificación de aplicaciones, la emisión de recetas y demás labores que constituyen un correcto asesoramiento tienen como objetivo evitar la contaminación física, química y biológica.
De este modo, conscientes del rol que ocupamos como organización, perseguimos el equilibrio entre productividad y sustentabilidad. Así, nuestro deber consiste en acompañar al sector agropecuario en su desafío de satisfacer necesidades actuales preservando el planeta para el futuro.
Nuestra adhesión al protocolo de Buenas Prácticas Agrícolas contempla no sólo la reducción de costos de operación por eficiencia y cuidado de los recursos, sino la comprensión de la sustentabilidad como viabilidad futura de la agricultura argentina.